martes, 29 de noviembre de 2016

Carlos Cabezas, el "timonel marbellí" del baloncesto de Oro.


Hace unos meses me empeñé, más que otra cosa, en conseguir hacerle una entrevista a Carlos Cabezas Jurado, jugador del UCAM Murcia por esa época, equipo con el que alcanzó el pasado enero los 500 partidos como jugador de la Liga Endesa. Imagino que casi todos los que estáis leyendo estas líneas conocéis de sobra la carrera de este base, definido, por muchos especialistas en esto del basket, como uno de los bases más sobrios de la historia del baloncesto español. Su palmarés es para muchos, incluída yo, envidiable: Campeón de liga ACB y Copa del Rey con Unicaja y de Europa y del Mundo con la Selección Española de Baloncesto, formando parte de la generación más brillante de baloncestistas que ha dado este país, esa generación del 80 inigualable, aunque de todos ellos es el único que ha jugado las cinco finales donde se han conseguido los cinco oros más significativos de la historia del baloncesto español.
Él fue el Junior de Oro que en el 99 metió el triple que dio la victoria a España en aquel Mundial Junior inolvidable para los seguidores de este deporte y que significó el lanzamiento de muchos de los que formaban esa plantilla. De esos años recuerda Carlos lo siguiente: “Reconozco que he vivido una etapa dorada con la generación del 80. Con edad junior comenzamos a ser conocidos y valorados y para mí esa etapa será una de las más bonitas de mi carrera. Sobre todo lo fue el Campeonato de Mannheim, que fue cuando llegué a la Selección Española de la mano de Charly Sainz de Aja. Ganarlo fue un boom y luego pasar tantos momentos y conseguir lo que conseguimos con aquella generación fue un orgullo para todos, para la familia y para nosotros. Aquellos años vivimos muchos momentos muy especiales. Éramos un grupo muy divertido cuando había que serlo, pero que cuando nos poníamos a jugar éramos unos ganadores. Siempre íbamos con la mentalidad de ganar. Fuera de las canchas hicimos un gran grupo, siempre estábamos de piques con la Playstation, con las cartas,… Siempre estábamos jugando a algo”.

Como os decía al principio, preparé hace unos meses una entrevista para él, ya que amablemente el club, mediante la intermediación de Triple Doble (colectivo murciano, como recordaréis, ya que ha sido protagonista en esta Sección Basket en más de una ocasión) me dio el visto bueno a las preguntas que había preparado. La penosa cuestión es que, finalmente, y para orgullo del UCAM Murcia y de todos los que le seguimos, se les alargó la temporada (gracias a lo cual, esta temporada, el club murciano está jugando la Eurocup), llegaron las vacaciones y Carlos fichó por otro equipo, el Montakit Fuenlabrada, aunque en octubre abandonó sus filas y actualmente se encuentra sin equipo, lo que me da bastante pena porque nos priva a los aficionados de ver a un gran director de orquesta creando arte en la cancha.
Bien, pues dentro del cuestionario de esa entrevista a Carlos Cabezas había muchas preguntas personales (ya sabéis que me gusta mucho hurgar en esa parte desconocida de la vida de los jugadores de basket, esa parte que más nos cuesta conocer), incluida una de mi hijo mayor. Ni qué decir tiene que me quedé deseando saber qué me respondía Carlos a preguntas más personales como “¿te gusta sentarte en la Plaza de las Flores de Murcia a tomar una marinera y una buena Estrella de Levante bien fresquita?”, “¿echas de menos ver el mar cada día?” o “¿quién te regaló tu primer balón de baloncesto?”, y a otras más relacionadas con el baloncesto como “¿qué sentiste cuando en el Mundial Junior metiste ese triple que nos dio la victoria en el 99 en Lisboa?”, ¿crees que la forma de ser de un jugador le define en la cancha?” o “¿cómo definirías las dos temporadas que has pasado en el UCAM Murcia?”. Y es que hay una gran cantidad de datos personales en las entrevistas que ha concedido a lo largo de estos años, lo que me dice que debe ser un gran conversador, de esos que a mí me encantan, de esos con los que da gusto hablar. En alguna de esas entrevistas recuerda Carlos cosas tan entrañables como que prefería como regalo del Día de  Reyes una equipación de baloncesto a los juguetes que todos los niños pedían y que lloraba amargamente cuando los abría y no descubría la tan ansiada camiseta de basket, o nos revela que le gusta definirse como alguien enérgico, travieso y vital, al que siguen llamando Carlitos en casa.




Como sabéis, yo no me suelo rendir, y no voy a hacerlo en este caso tampoco. Tengo mucho que preguntar y mucho que descubrir sobre la cara oculta de Carlos Cabezas, ese eterno Junior de Oro que tantos momentos de gloria ha dado al baloncesto español. Así que, mientras consigo esa entrevista, os dejo con las palabras que sobre él ha dicho una de las personas que mejor le conoce y que más le admira, su padre: “Carlos es un jugador de baloncesto generoso y defensivo. Lo que más me llena de satisfacción es que es muy buena persona y que todo el mundo me felicita, no sólo por su faceta como jugador, sino también por cómo es como persona".

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