jueves, 3 de noviembre de 2016

Ellas también juegan, con DelyAdela: La chica del gancho.

 
 
 
Hasta hace bien poco, si yo oía la palabra gancho para algo relacionado con el baloncesto, únicamente pensaba en Héctor Macía y su conocido, al menos en Pumarín, “gancho sidrero”.

Desde que las chicas ganaron tan merecidamente la medalla de plata en Río han sido varias las veces que he escuchado o leído cosas sobre “La niña del gancho” y, claro, me picó el gusanillo de saber algo más.

 
¿Conocéis su historia?

 
Poco después de las pasadas Olimpiadas me encontré con una noticia que decía que Laia Palau había ido a enseñarle la medalla a “la niña del gancho”. Esa fue la primera vez que oí hablar de ella. Poco después me enteré de que había una película documental con ese título, dedicada precisamente a ella (documental del que no conseguí ver más que el tráiler, pero sé que hubo una presentación en Murcia, tierra natal de la protagonista, el día diecisiete de octubre aunque, como entenderéis, me pillaba un poco lejos para ir en una sola tarde. Y, después, me pasó lo que pasa cuando nunca te has fijado en una cosa y de repente te la encuentras por todas partes… De la imagen con Laia pasé al documental y poco después a un reportaje en una revista llamada FullBasket (edición de octubre), incluso hay una cuenta sobre ella en Instagram (por si la queréis seguir) y en Twitter. Y claro, me entró la curiosidad y sin llegar a hablar con ella (igual tenía que haberlo intentado…, pero aún no me atrevo a tanto) investigué un poco para conocerla y saber quién era. Resulta que Encarna Hernández es murciana de nacimiento, aunque lleva toda la vida en Barcelona, ciudad en la que desarrolló su carrera deportiva. Esta niña es ya una paisana de casi cien años (en enero los cumplirá) a la que no tengo el gusto de conocer pero que, por lo que leí de ella, tiene lo que hay que tener. Le tocó vivir en una época dura en general, Guerra Civil incluida, así que supongo que tuvo que pelear en muchos aspectos. Además, aquella no era una época en la que las mujeres pudieran hacer lo que quisieran y mucho menos que jugasen o entrenasen. Y en ese mundo se metió ella siendo una de las primeras jugadoras españolas como entrenadora. Llegó a ser la mejor anotadora en su club, incluso por delante de los hombres. A pesar de haber jugado en el Barcelona, en el museo del club no hay nada más que una foto del primer equipo que entrenó y parecen haber quedado en el olvido sus años de jugadora allí.



 
Y lo mejor, que eso del gancho le salió de forma natural e intuitiva. Mujer fuerte, con carácter e intuición a la que no le permitieron ir a jugar a Italia, donde le habían hecho una oferta. No pudo viajar ni representar a España lejos de sus fronteras, pero parece que siempre le divirtió esto del baloncesto (creo que hasta hace bien poco aún lo practicaba, quizás en plan “callejero” tipo Estados Unidos, me gusta la idea de imaginarla jugando en un pista cualquiera de un barrio cualquiera). Cuenta también que jugaban sin árbitro y que le parece que el juego era más limpio que ahora, “que andan todo el día tirándose por el suelo”.

 
Y digo yo ¿no se merece un homenaje? ¡Claro que sí!

 
Aquí os dejo muy pequeño granito de arena. Pionera y sobre todo JUGONA… ¡Viva la niña del gancho!

 
 
Porque ¡¡Ellas también juegan!!

Fuente: http://laninadelgancho.com/      http://fullbasket.es/2016/10/01/nace-fullbasket-magazine/

 

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