Hoy me recordaron que el tiempo, sobre todo en vacaciones, pasa volando, y que la pretemporada ya está ahí y que dentro de nada ya tenemos el stage (la reunión inicial de árbitros y oficiales, que no sé muy bien por qué, pero se llama así).
Como supondréis, tengo sentimientos encontrados. Por un lado,
tengo ganas, digamos que me “aburro” un poco sin baloncesto (los torneos y
campeonatos de selecciones no seniors no consigo verlos, yo necesito que me los
echen por la televisión de toda la vida, no por el ordenador). Aunque también
tengo que reconocer que empezar la pretemporada también significa volver al
trabajo, exámenes… y, ya sabéis, los profes tenemos muchas vacaciones, pero a
mí cada año me abultan menos, no sé lo que hago.
El caso es que me puse a mirar cosas, repasar un poco
algunos conceptos y a cotillear un poco los equipos a los que puede que les
haga mesa esta temporada. En ese momento, al ver los equipos inscritos, me
“enfadé” un poco con el baloncesto asturiano. Antes de que se me ofenda alguien,
quiero dejar claro que cuando digo el baloncesto asturiano me refiero un poco a
todos, a equipos, clubs, la federación por supuesto, pero también a árbitros,
mesas, jugadores, familias y simples aficionados. Vamos, que me enfado hasta
conmigo misma. No tengo claro quién tiene la culpa, si es que hay alguna culpa,
pero sí creo que algo pasa y que, de alguna manera, todos colaboramos o al
menos no tratamos de evitarlo.
¿Ya conseguí intrigaros un poco? Aunque el título ya os dará
una buena pista…
Sí, eso es. Tiene que ver con el baloncesto femenino. Algo
estamos haciendo mal porque las chicas “se nos van”.
Hace unos días leí la entrevista que Asturbasket le hizo a Hector Galán y, como seguidora del CAU, me fijé sobre todo en lo relativo
al descenso del equipo. No recuerdo las palabras exactas, pero venía a decir
que habían tomado la decisión de descender dos categorías para intentar formar
un equipo con gente de aquí, tirando de la cantera, y que esto resultaba
relativamente complicado, entre otras cosas porque las chicas se iban, que si a
estudiar fuera, que si no querían comprometerse a un equipo en categoría
nacional… También decía que había sido una decisión dura que, seguramente, no
se entendería desde fuera y en eso tengo que darle la razón; desde fuera y
visto sólo por el lado que lo veo yo como simple aficionada (para que conste,
soy ocb desde hace años) cuesta entenderlo. Entiendo que, tras tres años
descendiendo en las pistas, era conveniente bajar de categoría; entiendo que
sea complicado sacar un equipo competitivo, pero, y repito que, desde fuera, lo
que más “llama” la atención es que esta próxima temporada el club va a contar con
tres equipos senior masculino y uno femenino…
Y eso nos lleva nuevamente a la pregunta de ¿qué
pasa con las chicas?
Creo que ya comenté alguna vez que era profesora de
matemáticas y de vez en cuando me sale esa vena, la vena matemática (que aún la
tengo, aunque cada vez la veo salir menos…). El caso es que me puse e hice un
pequeño gráfico de los equipos de la temporada 18/ 19, al menos de los equipos
inscritos en algunas categorías. Tengo que reconocer que, de paso, probaba una
nueva aplicación que tengo como hoja de cálculo y averiguaba cómo hacer
diagramas de barras (básicamente aprovechando para hacer dos cosas a la vez, a
ver si aprendo, jajaja). Conclusión:
el número de equipos femeninos en competición decrece, es decir, se pierden
jugadoras.
Lo que se puede sacar del gráfico, o del listado disponible
en la web de la federación, es que parece que el número de niñas que se apuntan
a esto del baloncesto es, incluso, ligeramente mayor que el de niños, por eso en
Benjamín y Alevín ganan los equipos femeninos; aunque hay que reconocer que en
estas categorías los equipos pueden ser mixtos, pero, digo yo, si un equipo se
inscribe en femenino es porque habrá mayoría de niñas, ¿no? En infantil y
cadete hay “casi empate”; en junior empieza a notarse diferencia, aunque aún
pequeña. Entonces llegamos a autonómica y ya está el lio montado. Por ejemplo,
aunque en el gráfico no se distingue, resulta que en autonómica femenina sólo
hay una categoría y en ella hay tantos equipos como en 2ª autonómica
masculina…
Y luego llegan las competiciones nacionales. Allí sí que se
nota diferencia, tanto en el concepto (la versión masculina la forman solo
equipos asturianos, mientras que en femenino se juntan equipos de Asturias,
Cantabria y Galicia si no me equivoco) como en cantidad: sólo tres equipos
asturianos en primera nacional femenina. Y “más arriba” sólo significa menos
equipos femeninos. Es una pena, pero pasamos de tres equipos en la segunda categoría
a uno.
Como veis, me estoy basando en la federación asturiana, no
sé lo que ocurre en otras comunidades, aunque hay detalles tales como que en
masculino hay varias ligas ACB, Oro, Plata, EBA mientras que en femenino es más
fáci: Liga 1 (bueno, ahora Liga Día, al menos tenemos patrocinador) y Liga 2.
Punto.
Estos son los datos que me llevan a preguntarme porqué hay
menos baloncesto femenino. Bueno, realmente hay menos deporte femenino en
general y no quiero ser feminista ni “barrer” para casa por ser mujer, pero es
cierto, nos guste o no nos guste, que el deporte femenino vende menos. Basta ir
a un partido de lo que sea, hay más gente en las gradas cuando son hombres que
cuando son mujeres…
Pero no quiero desviarme del baloncesto que, aunque poco, es
lo que “entiendo”. Está claro que, por algún motivo, llegan menos jugadoras a senior
que jugadores. Y no creo que sea falta de calidad, de hecho, hay varias
jugadoras que son convocadas por las selecciones de formación, así que no es
que las chicas sean “malas” en esto del baloncesto. Entonces, ¿por qué lo dejan
más chicas?
Sólo tengo un montón de preguntas, pero no tengo respuestas.
No creo tampoco que haya un único culpable ni quiero encontrar al “asesino”,
sólo me hago estas preguntas y os las transmito: ¿las chicas prefieren dedicarse más a los estudios que al
deporte? ¿Se ven más incapaces de compaginarlos? Quizás sea que somos más
indecisas, o que tengamos cierto compromiso que haga que no lo dejemos a mitad
de temporada y por eso lo dejamos desde el principio. Puede ser que tengamos
menos afán competitivo o que soportemos menos la “presión” de jugar en un
equipo más profesional. Puede que las jugadoras se vean menos apoyadas,
animadas a continuar… Puede que…, puede que… Eso es lo único que se me ocurre,
muchos puede …
Pero lo cierto es que, y lo siento chicas, pero lo tenéis
más difícil para llegar a profesional, para encontrar un equipo con el que
jugar simplemente o para llegar a vivir de lo que os gusta, deportivamente
hablando… Eso sí, mientras os dedicáis a ello espero que disfrutéis a tope sin
pensar en el futuro y, como suele decirse, ¡VIVID EL MOMENTO!
Porque, ¡Ellas también juegan!
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